Locales 03/12/2024
Carapintadas y asesinos
En la madrugada del 3 de diciembre de 1990 se inició un nuevo levantamiento carapintada, el cuarto, liderado nuevamente al igual que el tercero, por el coronel Mohamed Ali Seineldín, que estaba detenido en el Regimiento de Caballería de Montaña 4 (leal en apariencia pero con algunos aliados a los "carapintadas")? de San Martín de los Andes. Un grupo de unos cincuenta militares ocupó el Edificio Libertador (sede del Ministerio de Defensa y el Comando en Jefe del Ejército), las instalaciones del Regimiento de Infantería 1 "Patricios" en el barrio de Palermo, la fábrica de tanques TAMSE, el Batallón de Intendencia 601 y otras unidades. Los sublevados consideraban que los juicios abiertos contra militares eran fruto de un sentimiento de "venganza y revancha"? y exigían que el presidente de la Nación removiera al generalato del Ejército Argentino.?
Al tomar el Regimiento de Patricios, los sublevados asesinaron al teniente coronel Hernán Pita, segundo jefe del Regimiento -quien fue acribillado por seis proyectiles-, al mayor Federico Pedernera, jefe de Operaciones de esa unidad y al cabo primero Rolando Daniel Morales. La muerte de los dos oficiales, motivo de estupor en todo el Ejército, volcó los ánimos contra el bando rebelde sellando así el destino del alzamiento. Además, el bloqueo del aeródromo de Chapelco por fuerzas leales volvió imposible la fuga de Seineldín, quien quedó confinado en el cuartel militar del RCM 4.?
Desde un primer momento el presidente Menem tomó la decisión de no negociar con los sublevados y ordenar la represión en caso de que no se rindieran incondicionalmente.
Los militares rebeldes mataron también a cinco civiles que viajaban en un colectivo de la línea 60, al embestirlo con un tanque, hiriendo además a otras veinte personas.? Resultaron también heridos de bala los periodistas Fernando Carnota, de Radio Mitre, y Jorge Grecco, de la revista Somos.
El presidente Menem decretó el estado de sitio y ordenó a las Fuerzas Armadas, encabezadas por el titular del Ejército, teniente general Martín Félix Bonnet, reprimir la rebelión y recuperar los objetivos tomados. Los rebeldes se rindieron 20 horas después de iniciado el levantamiento. El saldo fue de catorce personas muertas -de las cuales cinco fueron civiles, dos fusiladas ilegalmente, una suicida- y unas doscientas personas heridas.
Enjuiciamiento
Por este hecho, Seineldín fue condenado de por vida. Quince militares fueron condenados como responsables de los hechos, recibiendo Seineldín la pena de cadena perpetua.
Durante el juicio Seineldín aceptó su responsabilidad y realizó un alegato en el que justificó sus acciones como un intento de oponerse al «nuevo orden mundial» que estaba imponiendo el "imperialismo estadounidense", considerando al presidente Menem como su servidor en Argentina.
En 2003, el presidente Eduardo Duhalde indultó a los condenados, siendo entonces liberados los que aún permanecían en la cárcel. ?Ocurrió horas antes del traspaso de mando a Néstor Kirchner en mayo de 2003.
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